En sus palabras tras rezar ante la gruta de San Pablo en Rabat, Malta, el Papa Benedicto XVI resaltó la necesidad que tienen los católicos de dar testimonio y anunciar el Evangelio de Cristo que anunció el Apóstol de Gentes, especialmente ante los desafíos actuales como las amenazas a la vida y la familia.
En su saludo ante miles de fieles presentes en las afueras de la gruta, el Santo Padre recordó la "marca imborrable en la historia" de Malta dejada por el anuncio del Evangelio realizado por San Pablo quien así se convirtió en "vuestro padre en la fe cristiana. Gracias a su presencia entre vosotros, el evangelio de Jesucristo echó profundas raíces y fructificó no sólo en la vida personal, familiar y comunitaria, sino también en la formación de la identidad nacional de Malta, así como en su propia y dinámica cultura".
Seguidamente destacó los frutos con innumerables vocaciones misioneras y alentó a pedir al Señor "que suscite más hombres y mujeres que continúen la noble misión de proclamar el evangelio y que trabajen por el crecimiento del Reino de Dios en todas las partes y todos los pueblos".